viernes, 18 de enero de 2008

¿Soy una periodista frustrada?

Hace poco conté que si retrocediera 10 años atrás pensaría más de una vez sobre la decisión que en ese momento estaba tomando para mi futuro profesional. Me refiero a estudiar periodismo. Y es que con escasos 18 años no pude dimensionar lo que me esperaría después. Si bien la época universitaria fue bastante agradable donde aprendí no sólo en la aulas sino también fuera de ella, a conocer realidades distintas a las mías y, por ende, a salir de mi burbuja de niñita sureña; lo que vino luego de la titulación me dejó el ánimo por el suelo, ya que fueron varios meses de aplanar calles dejando curriculums, aceptando trabajos esporádicos y colaborando en medios de comunicación que poco y nada pagaban. Y todo porque no tenía ningún contacto "groso" que me llevase a alguna empresa a trabajar, haciendo gala del ya institucionalizado "pituto". Ni tampoco contaba con los pomposos apellidos que a veces para las personas que contratan son mucho más importantes que las capacidades del postulante.

¿Por qué toda esta perorata resentida? Porque no soy solo yo la que pasó o pasa por esto, pues es un hecho que el panorama no es alentador para la mayoría de los periodistas que año tras año se titulan de las universidades. El mismo Colegio de Periodistas ha lanzado una campaña para que los chicos que deben elegir qué y dónde estudiar en marzo próximo, puedan informarse sobre esta carrera y las posibilidades reales que tienen de trabajar cuando salgan.

Por recoger algunos datos, en Chile existen 12.000 periodistas titulados en total, de los cuales más de 8 mil tienen menos de 35 años y para el año 2008 "se ofrecen 50 programas de periodismo en 36 universidades (en 1973 la impartían sólo cuatro universidades), las cuales en total ofrecen 1.880 vacantes para estudiar esta carrera... Cada año se titulan alrededor de 950 nuevos periodistas cada año", se puede leer en la página web. Por otro lado, un estudio reciente hecho por la Universidad Adolfo Ibáñez y patrocinado por el Consejo de Educación Superior, indica que a los dos años de titulados, un 20% de los periodistas están cesantes (1 de cada 5). Del 80% que tiene trabajo, un 44% no trabaja como tal, considerándose que la mayor parte de ellos se encuentran en categoría de subempleados de acuerdo con su calificación. A los dos años de titulados, entre los periodistas que tienen trabajo, el 56,7% gana menos de 400 mil pesos mensuales brutos y el 19,3% gana menos de $200 mil mensuales bruto.

Ese es el panorama. Un mercado saturado y con la mayor cesantía profesional del país. Lo malo es que esto lo saben los empresarios y dueños de medios y, por ende, saben que somos nosotros los que debemos ajustarnos a sus condiciones, porque como una vez mi jefe me dijo "yo levanto una piedra y me salen mil periodistas que están dispuestos a trabajar por 200 lucas". Un descaro y una falta de respeto, sin duda.

Así que apoyo la campaña del Colegio de Periodistas y es más, creo que el gobierno debería también hacerse parte y cerrar escuelas de periodismo u obligar a estas universidades a publicar junto con sus anuncios publicitarios y mallas curriculares, los índices de cesantía por profesión ofrecida. Además, se debería dar la posibilidad de obtener un segundo título en programas especiales de no más de un año (aunque sé que suena a ciencia ficción) a los que ya estamos titulados.

Por último, veamos la cuota de responsabilidad que nos cabe en esto, ya que es verdad que muchas veces aceptamos bajos sueldos sólo por tener trabajo y no valoramos que nos sacamos la cresta cinco años estudiando al igual que un ingeniero comercial o cualquier otro. ¿Y si nosotros mismos subvaloramos nuestra profesión, no es lógico que los demás lo hagan? Así que hay que cambiar el switch y apoyarnos como gremio, porque andamos todos dispersos y despotricando por separado. Aunque claro, también hay que reconocer que la fuerza que tiene el mismo Colegio ni se compara con la del Colegio Médico o con el de los profesores, lo que se nota con sólo el poder de congregación para colegiar (que es mínimo). Si esto cambiara, quizás otro gallo cantaría.

Ahora, si yo me hubiese informado de la precaria situación del periodismo hace 10 años, no hubiese entrado a la carrera.