jueves, 18 de septiembre de 2014

Sospecho que fui feliz

Sospecho que fui feliz y no me di cuenta. 
Ahora siento un peso enorme con todas las palabras no dichas y aquellas que nunca debieron pronunciarse.
Ahora extraño tu presencia y tu respiración en mi oreja cuando nos quedábamos abrazados antes de dormir. Sospecho que ya nunca más podré querer a alguien con esa pasión y con las ganas de ser lo más importante en tu vida. Aunque ahora que lo pienso, eso terminó por alejarte. 
Ahora siento deseos de hablar simplemente de alguna película o de algo que leí por ahí o de un pensamiento que se me cruzó por la cabeza. Y cuesta entender que nunca más estarás ahí. 
Sospecho que tuve todo para ser feliz y no tuve la paciencia para armar el rompecabezas que calzara nuestras vidas.
Ahora sólo te podré besar en sueños, acariciar tu cabeza eternamente y tratar de romper esas cadenas que arrastrabas del pasado. Ahora trataré de ser feliz aunque sea sólo por las noches por mientras tu recuerdo se va diluyendo con el tiempo y despierte sin recordar tu nombre.

martes, 13 de mayo de 2014

Decisiones

Nunca vamos a saber si las decisiones que tomamos son buenas o malas, no hay otra vida para poder comparar entre una u otra opción. Nuestra vida es simplemente un boceto en la que vas trazando ideas, proyectos, líneas y cuando miras atrás puede ser una obra de arte o bien, una bazofia. Pero aún eso es subjetivo. Lo importante es escuchar esa corazonada que te llama y que inclusive habías estado postergando por mucho tiempo; sabes lo que debes hacer pero lo ignoras hasta que se hace más fuerte y te das cuenta que es ahora o nunca. Te arriesgas. Sabes que puedes cambiar tu vida y que tienes el mundo en tus manos. No hay tiempo para pensar -demasiado- porque afuera te esperan grandes cosas. Es la oportunidad que no debes dejar pasar y que sabes (en realidad no estás tan seguro pero ello ya no importa) que esa decisión será la mejor en este momento, que no podrías tomar otra porque apunta en aquella dirección que siempre quisiste seguir, con la diferencia que ya no tienes miedo, que sólo miras hacia adelante, al futuro. Bienvenido sea.